
No me agacharé ante gigantes
siempre a lomos de un guerrero
con alma de unicornio
y corazón de centauro.
Soñare en color este negro
de ese sentimiento incómodo
que envilece el ánimo y afea el fondo
del violín en que taño este verso
a cada poco en este momento
hago el intento y reitero y persevero
Soy capaz de sentarme
a pensar en otra batalla
es tal mi naturaleza que
no pierdas el tiempo
prefiero seguir ignorante
sin dar pábulo ni adjetivo
a quien no lo merece.
La envidia es de cobarde
ea y que cada palo
sostenga su propia viga
mientras navega mi vela
libre en este poema.